Exorcismo y exorcistas
Dedicaciones de exorcistas en la Iglesia
En los principios, el rito de exorcisar se lo trataba como uno de las carismas y se practicaba sin ningunas dedicaciones. La primera mención sobre el establecimiento formal de los exorcistas proviene de la letra del papa Cornelio (251-253) a Fabio, el obispo de Antioquía. La primera mención sobre el estatuto del exorcista en Este encontraremos en los documentos de Sínodo de Laodicea (ca. 360). El caso de las primeras dedicaciones entre las exorcistas fue tratado por Sínodo de Cartago (398). Sin embargo, no solo ellos ejercieron el ministerio de exorcista.
¡Cuidado con los exorcistas falsos!
Últimamente, el servicio de liberación lo toma la gente no nombrada a esto: unos estafadores comunes y personas que realizan los exorcismos contra los mandamientos de Jesucristo, y también por el dinero. Sus acciones atraen efectos desastrosos. En general, son los bioenergoterapeutas, las hadas, los hechiceros, curanderos. Muy frecuentamnete se promocionan en la red y unas revistas. Sus acciones derivan del ocultismo y espiritismo escondido. ¿Tienen tantos exorcismos el poder de liberación de verdad?
Catecismo: Los exorcismos
1673 Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo practicó, de Él tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar. En forma simple, el exorcismo tiene lugar en la celebración del Bautismo. El exorcismo solemne sólo puede ser practicado por un sacerdote y con el permiso del obispo. En estos casos es preciso proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia.