El poder de la Santa Cruz es la verdad histórica y, a la vez, el dogma de nuestra religión. Si nos dirigimos a esta señal raramente, no podemos recibir ninguna ayuda desde el, sólo nos deja asignarnos la fe débil.
Porque somos rodeados de las amenazas de todos lados, tan para el cuerpo como para el alma, deberíamos seguir el ejemplo de los primeros cristianos – vestir la armadura de la señal de Cruz. Que esté en las ciudades, los pueblos y lugares públicos, encima de nuestro pecho y, sobretodo, en el corazón.
La Santa Cruz es inscrita en la medalla de San Benito. Sus efectos se puede ver en las curaciones corporales, gracias espirituales, la protección contra el espíritu maligno y en las amenazas. Sin embargo, ¡estos efectos no son automáticos! Aquí se refiere al hecho de obtener la capacidad de adoptar la gracia de Dios, y no a la maravillosa, automática “distribución” de gracia.
La significancia de las letras en la medalla de San Benito
Las letras que se encuentran entre los brazos de la Cruz: C S P B significan Crux sancti Patris Benedicti (La Cruz del Santo Padre Benito). En el tronco encontramos las letras C S S M L – Crux sancta sit mihi lux (La Santa Cruz sea mi luz). En los brazos horizontales vemos N D S M D. Estos expresan Non draca sit mihi lux (Que el satanás no sea mi guía). Alrededor de la medalla se encuentra la inscripción más larga Eius in obitu nro(nastra) praesentia muniamur (Que Su presencia nos proteja a la hora de muerte). En el otro lado de la medalla son escritas las letras alrededor: V R S N S M V – Vade retro satana non suade mihi vana (¡Retrocede, Satanás!, malo es lo que me ofreces), S M Q L I V B – Sunt mala quse libas ipse venona bibas (Venenosa es tu carnada, trágate tu veneno).
Las sentencias invocadas arriba derivan de la boca de San Benito. Los del primero versículo dijo en el momento de la tentación gra
ve, al visitar el desierto en una cueva, pues haciendo la cruz al decir estas palabras venció con el Satanás. La segunda sentencia dijo en el momento, cuando sus enemigos le habían dado una bebida envenenada. Al hacer la señal de la Cruz por encima de la copa con el veneno, la copa inmediatamente se rompió. Cada uno que lleva la medalla debería aprender la fórmula grabada en la medalla para que, a la hora de tentación, pueda decirla, haciendo una pequeña señal de la cruz encima del pecho. Quien olvida estas palabras, el debería hacer la señal de la cruz y decir: Vade retro satana (Retrocede, Satanás) o: San Benito, ¡protégeme! El poder de la señal de Santa Cruz es tan grande y terrible para el Satanás que constituye un escudo inalcanzable para él. La aprobación de la Iglesia publicada en Roma en 1857 confirma que el uso de esta medalla a través de la mediación de San Benito adquiere muchas gracias de Dios.
Alrededor de la medalla se encuentra la inscripción más larga que presenta el primero nombre sagrado de Jesucristo, expresado en el monógrama: I.H.S. (Iesus Hominum Salvator – Jesús, Salvador de los Hombres). La fe y la experiencia diaria nos enseñan bastante sobre el todopoder de este Nombre.
¿Cómo usar la medalla de San Benito?
¡La medalla no es un amuleto! En sí mismo constituye un trozo del metal. Para conseguir las gracias indispensable es la fe poderosa en Dios vinculada con la piedad, oración y adoración hacia San Benito. Las señales grabadas en la medalla son las primeras letras de la plegaria. Hay que rogar con ellos especialmente durante los momentos de tentaciones. Una invocación ferviente a Dios, junto con referencia a San Benito, nos alejará de las amenazas espirituales. La medalla de San Benito debería ser dedicado por un benedictino según recomendaciones adecuadas.
La plegaria
Oh glorioso Padre San Benito,
obrador de maravillas y misericordioso guardián de los indigentes,
te suplicamos humildemente, intercede por nosotros ante el trono de Dios
y adquiere la gracia para nosotros… la que nos importa tanto
por Cristo, nuestro Señor. Amén.