El poder de la Santa Cruz es la verdad histórica y, a la vez, el dogma de nuestra religión. Si nos dirigimos a esta señal raramente, no podemos recibir ninguna ayuda desde el, sólo nos deja asignarnos la fe débil.
En Antiguo Testamento se dice sobre el satanás muy raramente. Pero entonces en Nuevo Testamento aparecen muchas historias y lugares donde Jesús expulsa unos espíritus malos de los poseídos y sana a los enfermos y luego encarga este ministerio a sus discípulos.